El contexto actual que rodea al colectivo de Altas Capacidades (AACC) se caracteriza por una gran incertidumbre que se puede asociar con cuestiones como: ¿el cociente intelectual es lo que determina que una persona sea de AACC?, ¿qué modelo se debería seguir en el ámbito educativo, el de Renzulli o el de Castelló?, ¿qué relación hay entre las AACC y otras neurodivergencias como el autismo o el TDAH?, ¿por qué en unas Comunidades Autónomas se considera AACC a partir de un cociente de 120 y en otras a partir de 130? , ¿si el alumnado de AACC va bien, se debe hacer una intervención educativa o no?, y un largo etcétera de preguntas.
Este contexto de incertidumbre genera inestabilidad tanto a nivel profesional como a nivel familiar.
De esta manera, los profesionales como docentes, psicólogos o pediatras pueden desarrollar cierta inseguridad para detectar, identificar y atender al alumnado con AACC; pudiendo generar reticencia hacia el colectivo, lo que puede derivar en saturación y frustración profesional. Por otro lado, parece que entre las familias prima un sentimiento de angustia y de desamparo ante la falta de atención y recursos que se ofrece por parte del sistema, fomentando la necesidad de recurrir a servicios privados y a que sean las propias familias las que deciden formarse mediante cursos especializados y másteres universitarios sobre Altas Capacidades para, al menos, desde casa, tratar de atender las necesidades de sus hijos. Esta situación genera, irremediablemente, un ambiente de desconfianza y decepción de las familias por el Sistema Educativo y por el Sanitario, ya que, en numerosas situaciones, se detectan las AACC una vez el infante ha sufrido las consecuencias de la “no-atención”, como puede ser acoso escolar o el desarrollo de Trastornos de la Conducta Alimentaria.
Esta incertidumbre indica, sobre todo, una necesidad de la población: establecer un concepto unificado, completo y estable de Altas Capacidades.
Y es que, las Altas Capacidades no son una enfermedad o un trastorno, pero, de acuerdo con la bibliografía y con el saber popular, parece que las personas con AACC pueden presentar ciertas tendencias que deben aprender a gestionar para que no se desarrollen y, entonces sí, supongan un perfil clínico o patológico que se deba tratar. Esto, es lo que Merino ha definido como “Tendencias Potencialmente Patológicas” (TPPs).
Algunas de las TPPs que se podrían asociar a AACC son el perfeccionismo, las tendencias obsesivas, la baja tolerancia a la frustración, el alto sentimiento de justicia, el existencialismo o el pensamiento rumiante y/o anticipatorio. Ahora la pregunta es: ¿son estas TPPs más frecuentes en el colectivo de AACC que en la población general?, ¿son estas TPPs características de las AACC?, ¿son factores de riesgo que se deben abordar de manera preventiva?
De aquí surge la idea de Tesis doctoral de Paloma Merino, quien es genetista y docente de biología en Educación Secundaria: “Detección y caracterización de variantes génicas relacionadas con las Altas Capacidades Intelectuales”. Así, Merino, junto con la Catedrática África Borges de la Universidad de La Laguna y el Profesor en genética Enrique Viguera de la Universidad de Málaga, comenzó estudiando los genes que hay detrás de la inteligencia y los genes que se relacionan con las principales TPPs.
La parte práctica de esta investigación doctoral tuvo que pararse por falta de recursos económicos, pero la investigación teórica ya ofreció unas conclusiones reveladoras: investigaciones independientes, cada una centrada en una TPP, ofrecieron genes que solapaban con genes de inteligencia y que, además, solapaban entre sí. Es decir, tanto la inteligencia como las TPPs estudiadas, estaban relacionadas con los mismos genes.

Este hallazgo, no sólo indica que, efectivamente, sí habría que continuar con la parte práctica de la investigación, sino que, además, abre todo un campo de investigación en Psicobiología, pudiendo explorar cuestiones relacionadas con la inteligencia, la salud mental y la educación como las siguientes:
- Alta sensibilidad y sobreexcitabilidad.
- Regulación del metabolismo y eficiencia neuronal.
- Consumo de drogas y dependencia de medicación desde edades tempranas.
- Trastornos del Sueño y altos niveles de ansiedad desde la etapa infantil.
- Tendencia a la hiperexigencia, perfeccionismo, manías y obsesiones.
- Relación con otras neurodivergencias como TDAH o TEA.
- Trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y de la personalidad.
- Identidad de Género.
- Alto rendimiento y excelencia académica, gratificación y salud mental.
- Somatizaciones: Dermatológicas, digestivas, hormonales o inmunitarias.
Los beneficios sociales y educativos de la investigación en Psicobiología de las AACC se podrían estructurar en base a tres pilares fundamentales:
- Definir y conceptualizar las Altas Capacidades de manera más completa y estable, concretando un perfil de rasgos característicos. De esta manera, se podría legislar sobre AACC de manera más ética y eficiente. Esto, teniendo en cuenta las implicaciones que la legislación tiene sobre la respuesta educativa, mejoraría la atención específica que recibirá este alumnado, que ya es considerado ACNEAE pero que aún está infradetectado en las aulas.
- Promover una formación específica de calidad para docentes, psicólogos y médicos que atenderán al alumnado de AACC, favoreciendo la detección temprana, la evaluación adecuada del perfil del alumnado y la posterior atención holística a todas sus necesidades, las cognitivas y las socioemocionales.
- Fomentar un abordaje de las TPPs de manera preventiva, en lugar de esperar a que el alumnado con Altas Capacidades esté “mal”, para detectarle o atenderle.
Así, la investigación biomédica de las Altas Capacidades podría mejorar cualitativa y cuantitativamente la detección del alumnado con Altas Capacidades y su atención educativa.
A continuación, se ofrece el link a la ponencia de Merino en las VI Jornadas Internacionales sobre Panorámica de Intervención en Altas Capacidades Intelectuales que se celebraron en Tenerife en abril de 2024, donde se presenta el contenido ofrecido en este artículo:
Referencias:
Merino, P. (2024). La investigación biomédica y su aportación en la visibilización y atención a las Altas Capacidades. VI Jornadas Internacionales sobre Panorámica de Intervención en Altas Capacidades Intelectuales.
