NIÑO TRAPECISTA

El equilibrio se define como un estado de balance y estabilidad en diversas situaciones, ya sea física, emocional o en sistemas más complejos. Por otra parte, el desequilibrio se podría definir como la pérdida de estabilidad o armonía en una situación.

Cuando nos referimos a un niño en desequilibrio, estamos abordando un panorama bastante más complejo que puede estar influenciado por diversos factores. A menudo se manifiesta en conductas disruptivas, comportamientos desafiantes, cambios anímicos y dificultades en las relaciones con los demás.

Las situaciones traumáticas o la exposición a entornos familiares desestructurados y conflictivos son algunas de las posibles causas. Estas experiencias pueden afectar la capacidad para comprender y regular sus emociones, lo que a su vez implica su bienestar.

¿Qué pasa cuando quien sostiene la cuerda no posee la fuerza, las ganas ni las herramientas adecuadas?

Como pilares fundamentales de sus vidas, somos los maestros quienes tenemos la tarea de sostener con amor esa cuerda, abordando las raíces subyacentes del desequilibrio. Fomentando un entorno seguro y comprensivo que permita desarrollar habilidades sociales y personales para tener una vida más saludable.

Debemos ser el faro de amor y apoyo que ilumine los caminos de sus vidas. Debemos ser el sostén que brinde la confianza y la estabilidad emocional que tanto requieren. Debemos ser esa mano amiga que agarra con fuerza sus caídas. Y sobre todo, ser la voz de esperanza en los momentos difíciles. 

Este acto de comprensión y amor profundo se convierte en el vínculo que fortalece la cuerda, permitiendo mantener el equilibrio y avanzar con determinación por los trapecios de este mundo.

Publicado por sptartessos

La Sociedad Pedagógica Tartessos está formada por docentes interesados en modernizar la educación española.

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