Como ya he indicado en algún artículo anterior, los niños dotados y talentosos presentan ciertas características psicológicas y socioemocionales que les hacen diferentes del resto de la población normotípica, pero decir simplemente esto resulta de poca utilidad para el profesorado en general siempre que no haya recibido formación es- pecífica en este sentido.
Es por ello que voy a intentar explicar al- gunas de estas características en distintos artículos de forma que puedan ser útiles a la hora de educar y atender a este tipo de alumnado.
Hoy voy a tratar un problema al que se en- frentan los niños y niñas superdotados, especialmente en las etapas de infantil y primaria, porque, de no ser tratado, va a persistir en etapas posteriores, y es su falta de habilidad para comunicarse tanto de forma verbal como no verbal y es que, a pesar de su increíble empatía para ponerse en el lugar de otros, estos infantes necesitan aprender a expresar sus ideas y opiniones de forma organizada, “con tacto” y con un adecuado lenguaje corporal.
Varios factores se conjugan para dar lugar a esta situación, por un lado, la elevada inteligencia de estos menores, su capacidad lógica y de raciocinio, les permite disponer de gran cantidad de información y darse cuenta y observar cosas que al resto les pueden pasar desapercibidas; por otro lado, estos menores cuentan con una enorme riqueza de vocabulario que puede llegar a ser increíblemente específica, pero pueden no saber utili- zarla de forma selectiva según el interlocutor que tengan delante; por último, su intensa emocionalidad, que aún no controlan, les lleva a expresarse de forma poco eficaz o claramente inadecuada para la efectiva comprensión de sus interlocutores, por lo que necesitan aprender que el modo en que expresen sus ideas y pensamientos puede ser la diferencia entre que los demás los escuchen y respondan de forma positiva a los mismos o que no lo hagan.
Las consecuencias que se derivan de esta situación son que los niños o niñas superdotados se sienten incomprendidos en muchas ocasiones, lo que redundará en una baja autoestima y, a su vez, condicionará su capacidad de comunicación y relaciones sociales en el futuro, así como que, fruto de esa comunicación ineficaz, sus interlocutores tacharán al menor dotado de sabiondo, prepotente o raro, lo que puede dar lugar a situaciones de aislamiento, ostracismo social e incluso al bulling sobre estos menores.
Resulta pues fundamental que tanto pa- dres como educadores sean conscientes de este problema a fin de poder ayudar a estos infantes a desarrollarse adecuadamente, por cuanto la expresión oral ha sido y será siempre la forma de comunicarse que tiene el ser humano para poder sobrevivir.
Por lo que se refiere al lenguaje verbal, estos menores tendrán que aprender:
- Autocontrol: la capacidad para vencer la ansiedad, el miedo y la timidez a la hora de expresarnos.
- Controlar el tono de voz.
- Organización de ideas: antes de iniciar una expresión oral se debe organizar lo que se quiere decir previamente.
Proyección de ideas.
- Análisis del público
- Escoger el lenguaje adecuado que se va a utilizar.
- Saber escuchar, pero también saber hablar.
Tan importante como la comunicación verbal lo es la comunicación o lenguaje no verbal, puesto que la información no sólo se transmite con las palabras, sino también a través de los movimientos corporales como las posturas, las miradas, las distancias entre unos y otros, la forma de sentarse o incluso de caminar. Esta comunicación que va más allá de las palabras, transmite en mayor medida que éstas los verdaderos sentimientos de quien habla o su estado interior y ha de ser educada desde la más tierna infancia, puesto que todos partimos de la expresión de nuestras emociones.
Albert Mehrabian, un prestigioso antropólogo, concluyó que cuando alguien está hablando solamente se recibe el mensaje de sus palabras en un siete por ciento, mientras que por el tono de voz y otros detalles vocales nos transmite hasta un treinta y ocho por ciento de información y el máximo del contenido de la comunicación lo transmite el lenguaje corporal de los gestos, con un cincuenta y cinco por ciento.
Como ya he mencionado, si no se trabaja con ellos en este sentido, el niño o la niña superdotados se sentirán como unos inadaptados, como si nadie les entendiera. Y si los niños parten de este pensamiento negativo, el mismo les conducirá a tener emociones negativas que se trasladarán igualmente a su comunicación. Por ejemplo, un niño superdotado puede tener un deseo y quiere realizar una petición al respecto, si realiza esta petición desde un enfoque negativo –no me van a entender, no me quieren escuchar, …- su comunicación va a transmitir esta misma negatividad, lo que, inmediatamente, va a poner a su interlocutor a la defensiva.
Por este motivo resulta imprescindible que tanto los docentes como los padres adquieran conciencia de que este problema existe y les ayuden, no sólo a expresarse con las palabras adecuadas dependiendo de su audiencia y de forma organizada, ya que su velocidad de pensamiento puede descontrolarse y hacerles tener en mente muchas ideas al mismo tiempo que pugnan por ser trasmitidas a la vez (pensamiento arborescente), sino que les enseñen cómo ha de ser el tono de voz adecuado para expresarlas y el lenguaje corporal que ha de acompañar a su comunicación, puesto que como ya hemos dicho, éstas formas de lenguaje no verbal son las primeras en las que se van a fijar sus interlocutores. Y esto se hace, sobre todo, hablando con ellos abiertamente sobre esta cuestión y siendo ellos mismos un ejemplo a seguir en este sentido.
Según el diccionario online Mirriam- Webster, el “tacto” al que aquí nos referimos puede ser definido como «un agudo sentido sobre lo que hay que hacer o decir para mantener buenas relaciones con los demás o evitar las ofensas.” Para ello es tan importante nuestro lenguaje cor- poral como lo son nuestras palabras.
La clave para comunicar y ser entendido es conocer y comprender desde dónde partimos para comunicarnos. Los niños superdotados deben aprender qué ideas pueden transmitir, cuál es el tipo de lenguaje hay que utilizar en cada momento y cómo hay que utilizarlo, dependiendo de quién sea su interlocutor. Antes de participar en una in- teracción, el niño o la niña superdotados, deben
tener claro que tienen que adaptar su comunica- ción al resto de la población si quieren ser entendidos y aceptados por esta.
Aquellos niños y niñas dotados que sean conscientes de cómo es su forma de pensar y que aprenden a modificar el modo en que transmiten esta información para que los demás puedan comprenderlos adecuadamente, estarán equipados con una poderosa habilidad que van a utilizar a lo largo de toda su vida.
En este sentido los adultos, tanto padres como profesores deben evitar la frustración que les puede ocasionar esta falta de habilidad comu- nicativa en unos menores que parecen saberlo todo por el mero hecho de su condición de dotados, respondiendo frente a sus errores con cinismo o de un modo sarcástico, con lo que no solo van a herir terriblemente a estos niños hipersensibles sino que les harán cerrarse al exterior y les im- pedirán aprender.
Cuando nos comportamos de ese modo nos estamos olvidando de que, antes que super- dotados, estos niños son niños, por muy inteligentes y rápidos que sean adquiriendo conocimientos. Son niños que están aprendiendo. Son proyectos en desarrollo que tienen un inmenso potencial pero no la sabiduría que solo el tiempo y la experiencia de vida otorgan y, lo que es más importante, que tienen todo el derecho del mundo a equivocarse y a aprender.
Lo que para los adultos pueden ser accio- nes o aprendizajes sencillos en relación a la comu- nicación verbal y no verbal, porque llevan haciéndolos toda la vida, para el niño o la niña superdo- tados son conocimientos nuevos y necesitan que se les enseñe sin esperar a que hagan todo de forma correcta por sí mismos, desde un principio. Para ello es necesario hablar con los niños con tacto y honestidad, únicamente de esta forma ellos aprenderán también a manejar su comunicación y se beneficiarán de lo que este aprendizaje supone durante el resto de su vida.
Si los adultos aprendemos a desarrollar una comunicación honesta, pero con tacto, no solo estaremos hablando sobre quienes somos como individuos, sino que estaremos dando un importante ejemplo a nuestros hijos y alumnos sobre cómo han de comunicarse adecuadamente en sociedad.
Espero que esta información os resulte útil.
Relatos del Confinamiento
La cuarentena es un buen momento para dejar volar imaginación. Desde la Fundación AVANZA somos conscientes de esto y por ello te invitamos a enviarnos tu relato.
¿Eres menor de edad y quieres contarnos la historia de tu confinamiento en 300 palabras o en una imagen? Deja volar tu imaginación y narramos una historia en la que el confinamiento debe formar parte, incluso para decir cómo logras salir de él, o para indicarnos como en tu casa se abre una puerta a un mundo imaginario… En esta en- trada tienes una guía de cómo puedes organizarte: creacion-literaria-para-transformar-experiencias Bueno a partir de aquí ya depende de ti. Ánimo y letras.
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El correo electrónico debe contener el archivo, en el caso de ser un texto, en formato edi- table (Word, openoffice, etc), no se admitirán pdf. Son 300 palabras. En caso de imagen se admiten imágenes jpeg o PNG (se podrán valorar otros formatos si son exportables al citado formato sin pérdida de calidad). No establecemos tamaño máximo porque se adaptarán al tamaño disponible en los medios digitales y en la edición del libro en la que pudieran participar. No deben tener más de 10 MB.
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Revista de Educación Tartessos 