Como cada año al comenzar un nuevo curso escolar, nos reencontramos con novedades que ya no son tan nuevas y con otras que no nos sorprenden porque la capacidad de sorpresa de la comunidad educativa tiene un aguante infinito.
Y es que, aunque nos creamos que ya no hay nada que nos pueda sorprender, sigue habiendo al principio de un curso escolar tantos desaciertos que ya no sabe uno si es que siempre estaban ahí y no te dabas cuenta o es que se han instalado en nuestro ADN y han venido para quedarse.
Este curso que comienza ha venido marcado por las nuevas Instrucciones 12/2019 de 27 de junio en las que se vuelve a limitar aún más ese tan cacareado principio de autonomía de centros. El artículo 9.1 del Decreto 97/2015, de 3 de marzo, establece que los centros docentes en el ejercicio de su autonomía pedagógica y organizativa podrán llevar a cabo modelos de funcionamiento propios. A tales efectos, desarrollarán y concretarán en su proyecto educativo el currículo y, lo adaptarán a las necesidades de su alumnado y a las características específicas del entorno social y cultural en el que se encuentra, configurando así su oferta formativa
Y es que empezamos en Primaria con cambios en los módulos horarios.
Cuando ya nos habíamos acostumbrado a los módulos de 45 minutos (en mi centro y muchos más ya los teníamos desde antes que se propusieran en el Anexo II de la Orden de 17 de marzo de 2015 para generar lo que llamábamos el “efecto llovizna” que permitiera más sesiones de una materia con menos duración horaria para evitar el umbral de fatiga de los alumnos y distribuirlas en más días de la semana) ahora se nos dice que no, que han de ser de una hora.
Para ello se nos dice que “el modelo de horario lectivo establecido en la presente Instrucción para impartir cada área se organiza en horas semanales, con objeto de facilitar la toma de decisiones para configurar las sesiones horarias durante el curso escolar 2019/2020” y que “el horario lectivo semanal de cada uno de los cursos de la Educación Primaria se establecerá en sesiones de horas semanales (sesiones de 60 minutos)”. Y para concretar aún más esta limitación de autonomía organizativa “los centros docentes, en atención a sus necesidades y en el ejercicio de su autonomía, podrán adoptar distintas formas de organización del horario lectivo de cada una de las áreas. Las sesiones lectivas para cada área serán de una hora; excepcionalmente, se podrán combinar sesiones de distinta duración, bien de media hora (0.5h/30minutos) o cuarenta y cinco minutos (0.75h/45 minutos), siempre que el número diario de dichas sesiones no sea superior a tres”.
O sea que los centros podrán organizar el horario lectivo de cada materia según ese principio de autonomía organizativa pero que las sesiones han de ser de una hora.
Hay algo que no entiendo ¿para qué queremos la autonomía organizativa si se nos dice cómo hay que organizar el centro? Y esto me lleva a una reflexión más amplia y que ya he planteado en más de una ocasión: es imprescindible que la Administración Educativa confíe en los profesionales de la enseñanza.
Si los que mejor conocemos cada uno de nuestros centros somos los que estamos allí año tras año y somos profesionales con capacidad para identificar las fortalezas y dificultades del centro, parece lógico que se nos dé ese grado de confianza para establecer en nuestros Planes de Centro las medidas y decisiones más adecuadas en función delas conclusiones obtenidas en los análisis previos y de las que deberemos rendir cuentas ante la comunidad educativa y la propia Administración.
Son numerosos los estudios que avalan estas reflexiones tanto a nivel nacional con los estudios de Antonio Bolívar Botía[1] o Beatriz Pont[2] como a nivel andaluz con el Plan de Éxito Educativo[3] donde se hace mucho hincapié en la necesidad de potenciar la autonomía de centros como ruta de acceso al éxito escolar.
Pero estas Instrucciones no se quedan ahí, sino que ahondan más en la oferta de materias concediendo a la Religión una hora en los tres primeros cursos y dos en los tres siguientes en detrimento de la segunda lengua extranjera, el francés, con ausencia total en el primer ciclo (medida ya adoptada por el anterior ejecutivo) y limitación a una hora en el segundo y tercer ciclo. Volvemos a darle más importancia a la tarea de adoctrinamiento (“inculcar a alguien determinadas ideas o creencias” dice la RAE) en las escuelas frente a la apertura del conocimiento y las competencias de nuestros alumnos para desenvolverse en un mundo cada día más global donde el aprendizaje de las lenguas extranjeras se convierte en una obligación. Me parece un error incuestionable que a la larga ocasionará perjuicio a nuestros escolares y que limitará su acceso a un mundo sin fronteras como es el actual. En ningún país europeo se da esta situación. Somos la excepción, la isla en medio de un océano que aspira al desarrollo del conocimiento.
La otra medida que ha tenido impacto importante en la distribución de materias ha sido la ampliación de la materia Educación Física (tres horas en los tres primeros cursos y dos en los tres siguientes) en la que se ha incluido un añadido denominado “Hábitos de vida saludable”.
Evidentemente la necesidad de cambiar los hábitos de nuestros menores se hace necesaria, máxime cuando se está detectando un aumento alarmante del sedentarismo y malos hábitos alimentarios lo que hace obligatoria una intervención hacia nuestros menores, pero, sobre todo, hacia sus familias. No olvidemos que son las familias las que proporcionan la alimentación a los menores y son ellas también quienes establecen la organización del tiempo libre y del ocio de sus hijos.
Si pretendemos intervenir únicamente desde la escuela sin una intervención clara y eficaz de las Administraciones Públicas hacia la sociedad en general y las familias en particular para que sean conscientes del daño que pueden estar produciendo determinados hábitos en sus hijos en cuanto a la actividad física y el tipo de alimentación que consumen estaremos cargando sobre la escuela la responsabilidad de modificar estos malos hábitos lo que puede chocar frontalmente con las actitudes de muchas familias. Entiendo que se trata de una medida buena pero que necesita de la complicidad familiar y ésta se lograría con amplias campañas de concienciación acerca de los perjuicios que está ocasionando en nuestros menores el actual estilo de vida.
Y no veo por ninguna parte que la Administración esté asumiendo esta tarea. Unas campañas televisivas en las que se denunciasen el consumo de determinados tipos de alimentos y se explicase cómo perjudican la salud de los menores, recomendando un cambio de hábitos alimentarios y de actividad física diarios sería una buena opción (entiendo que hay que enfrentarse a poderes económicos y eso asusta a políticos que pueden ver peligrar sus privilegios).
Ya sé que estas medidas se hacen al amparo de la encuesta Repensar la Primaria llevada a cabo por el anterior ejecutivo y que ha servido como excusa a éste para adoptar estas y otras medidas.
Escuchar y sopesar los intereses y deseos de la comunidad educativa es una cosa y otra bien diferente es implementar un programa de medidas propias aprovechando cierto descontento o la defensa de ciertos intereses corporativos que, a menudo, benefician a cierto sector de docentes y garantiza cierta paz social con la Administración.
El verdadero interés que debe primar es el de los alumnos y es ahí donde debemos centrarnos y donde debemos dedicar nuestros mayores esfuerzos, independientemente de otros intereses particulares o corporativistas.
Otras medidas como el programa de refuerzo de la Lengua Castellana y Literatura en lugar de la segunda lengua extranjera o la participación familiar ya venían del Decreto 97/2015 y no supone ninguna novedad.
Sin entrar a valorar estas Instrucciones más de lo preciso ya que hay otras medidas que no tienen un impacto tan directo sobre el alumnado, creo que hay otras cuestiones que también nos preocupan.
La ratio establecida para Infantil y Primaria sigue siendo uno de los caballos de batalla en los centros. Resulta que el Consejero de Educación anuncia para este curso escolar «la mejor ratio de la última década» en Primaria e Infantil… Así, en el segundo ciclo de Infantil y Primaria donde el límite es de 25 alumnos por unidad, en Andalucía la media se sitúa en 20,76 y 21,33 escolares, respectivamente. En cambio, ha explicado, en Educación Secundaria Obligatoria se incrementa el alumnado en más de 5.700 y la ratio se sitúa en 26,42 sobre el límite de 30[4]
Me recuerda el reparto del pastel entre dos cuando uno se lo come todo y el otro no lo prueba, pero la media aritmética dice que cada uno se comió la mitad.
Estas medias verdades hacen que la desconfianza aparezca en las mentes de los enseñantes y de los miembros de la comunidad educativa.
Todos sabemos que hay zonas muy pobladas donde se supera con frecuencia la ratio de 25 alumnos por clase y desde el Servicio de Planificación de la correspondiente Delegación Territorial te dicen que llegues hasta 28 y si lo superas ya veremos qué hacer (casi siempre te quedas con la ratio subida todo el año) como forma de decirte que eso es lo que hay y que no se afecta gran cosa unos pocos alumnos más en clase.
En el otro extremo se sitúan los centros con bajas ratios (casi siempre en los ámbitos rurales donde la escuela es un factor de fijación de la población) y donde la polémica está servida, como es el caso de varios centros de la Alpujarra granadina donde los padres han dejado de llevar a sus hijos al colegio como medida de protesta por el abandono al que se sienten sometidos en materia de educación[5] y donde la reducción de aulas y maestros es cada vez mayor.
Recordemos que en estos centros la ratio es baja porque hay poca población[6] y se necesita prestar este servicio público para garantizar que esos chicos y chicas recibirán en sus pueblos una educación de calidad con las mismas garantías que en el resto de centros andaluces.
La presencia en los colegios de los orientadores y orientadoras de los Equipos de Orientación Educativa sigue siendo una asignatura pendiente. Es frecuente que cada año se renueven y que la presencia de una nueva orientadora u orientador le suponga un periodo de adaptación de casi el primer trimestre para conocer la realidad del centro. Se pierde un tiempo precioso en la atención al alumnado con más necesidades.
La presencia permanente de un Departamento de Orientación en los centros de Primaria (o de un orientador/a fijo y permanente en cada colegio) se hace cada vez mayor y se justifica en la medida en que es en esta etapa educativa donde se pueden atender las necesidades educativas en el momento en que se detectan para así poder adoptar las medidas oportunas de cara a garantizar la mejor respuesta educativa. No puede ser que cada año se queden multitud de alumnas y alumnos sin atender porque no hubo tiempo (ni recursos) para poder hacerlo, con el consiguiente perjuicio para el resto de su proceso educativo.
La existencia de un Departamento de Orientación en un colegio se justifica por sí misma. Si se invierte en la prevención y la atención temprana de las dificultades de aprendizaje o de las necesidades específicas estamos garantizando para esos alumnos unas mayores posibilidades de éxito escolar en el futuro.
En la misma línea de la atención a la diversidad hay que considerar la necesaria implicación de los trabajadores sociales de los pueblos y ciudades en la colaboración con los maestros y maestras de los colegios.
Es muy frecuente encontrarnos con situaciones familiares y sociales cada vez más duras en las que nuestro alumnado es víctima de una situación de injusticia e indefensión por su calidad de menor. Se necesita una colaboración estrechísima entre los profesionales de los Servicios Sociales y los de los colegios para poder conocer mejor las situaciones por las que atraviesan muchos de nuestros alumnos y que condicionan gravemente sus posibilidades de éxito escolar por no decir de desarrollo de la personalidad.
Y para eso se necesita una acción coordinada entre estos profesionales que debe quedar institucionalizada. Ya sé que está escrito en multitud de papeles, pero la realidad es que no siempre se cumple o se lleva a la práctica de una manera sistematizada.
En cuanto a la excesiva carga burocrático-administrativa a que nos vemos sometidos los profesionales de la educación no sólo al comienzo del curso escolar sino a lo largo del mismo es un tema tan tratado que parece que suena a pesado pero la realidad es que son muchas las horas de dedicación, sobre todo de los equipos directivos, a esta cuestión que no dejo de considerarla.
Más grave aun cuando se carece del necesario e imprescindible apoyo administrativo.
Creo que es una obligación de la Administración Educativa el dotar a todos los centros escolares del personal de administración necesario para poder atender las innumerables contingencias que ocurren al cabo de la jornada escolar y para las que están suficientemente preparados, aparte de otras del día a día que hacen que se deriven esfuerzos y tiempo a tareas por parte del profesorado y que podrían dedicarse en exclusiva a su labor docente. Ello genera preocupación y estrés en los docentes y, en especial, en los equipos directivos.
La necesaria presencia de monitores y monitoras en Educación Infantil, sobre todo en los primeros niveles y en estos primeros momentos del curso es una necesidad imperiosa en la que todas las maestras de Infantil estarán de acuerdo.
Es frecuente ver a la maestra de Infantil (también en Primaria) desbordada por los continuos imprevistos a los que tiene que hacer frente durante su jornada laboral y a la que le faltan brazos para poder darles a sus alumnos la atención más personalizada posible.
Podríamos seguir con este cúmulo de reflexiones y escribir un tratado, pero hay una a la que siempre llegamos: la necesidad de un Pacto Educativo.
Ya va siendo hora de que los responsables políticos dejen atrás sus intereses del tipo que sean y se sienten a desarrollar un Pacto por la Educación que evite tantos vaivenes cada año, pero también para sentar las bases de un modelo educativo de nuestro sistema que nos lleve a todos a remar en la misma dirección con la vista puesta en el largo plazo y no estar sometidos constantemente a estos cambios de rumbo porque estos responsables a los que pagamos entre todos los españoles no son capaces de ponerse de acuerdo.https://sptartessos.blogspot.com/
[1] https://sede.educacion.gob.es/publiventa/PdfServlet?pdf=VP12456.pdf&area=E
[2] http://www.sociedadyeducacion.org/site/wp-content/uploads/La-autonom%C3%ADa-de-los-centros-educativos.pdf
[3] https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/Plan_de_Exito_Educativo.pdf
[4] https://www.europapress.es/andalucia/educacion-00651/noticia-junta-destaca-mejor-ratio-ultima-decada-primaria-infantil-no-contempla-bachillerato-concertado-20190903143853.html
[5] https://cadenaser.com/emisora/2019/09/25/radio_granada/1569404274_562103.html
[6] https://www.ideal.es/granada/provincia-granada/cuarto-huelga-clase-ttorvizcon-berchules-granada-alpujarra-clase-educacion-20190920143759-nt.html
