La polvareda levantada por las palabras de la ex ministra Isabel García Tejerina, ingeniero agrónomo de profesión, natural de Valladolid, y sin ninguna experiencia conocida ni docente ni de gestión educativa, se han percibido como un menosprecio a los niños andaluces y su nivel educativo.
Es posible que, además, tenga repercusiones electorales. El Sr. Moreno estará rezando con fervor para que sus compañeros de partido no le hagan más favores. La Sra. Díaz quizás se esté planteando incluirla en su equipo electoral.
Sin embargo, muy pocos saben que los alumnos andaluces arrasan en los Premios Na- cionales de Bachillerato (https://goo.gl/jgt3Sa) otorgados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Concretamente, en la convocatoria de 2014, fueron 5 andaluces – por cierto – estudiantes de institutos públicos, y 10 del resto de Co- munidades Autónomas.
Este palmarés coloca a Andalucía en la primera posición de estas pruebas a las que únicamente se pueden presentar estudiantes que previamente hayan ganado la fase provincial de la competición y tengan un expediente por encima de 8,75. Detrás de Andalucía figuran 3 alumnos de Asturias, 2 de Castilla-La Mancha, Galicia y Madrid aportan un ganador cada una, mientras que otro ganador es alumno del Instituto Español Vicente Cañada Blanch, con sede en Londres. Y, curiosamente, no aparece ninguno de Castilla- León.
Y, probablemente, muchos menos sepan que Andalucía es la comunidad con más escolares superdotados de España.(https://goo.gl/bekjYb).
Un total de 27.133 escolares de toda España están considerados con altas capacidades intelectuales, según los últimos datos disponibles, correspondientes al curso 2016-17, de los que más de 11.500 son de Andalucía, la comunidad autónoma en la que más funcionan los programas para detectar a los alumnos superdotados. Tras Andalucía, las comunidades con más alumnos con altas capacidades detectadas son Murcia (3.698), Madrid (2.190) y Canarias (2.122), mientras que Castilla-León ocupa el noveno lugar, con 638 y Cataluña el undécimo lugar, con 417.
La psicopedagoga Mónica Fernández, experta en altas capacidades y coordinadora del grupo de investigación en altas capacidades del Colegio de Pedagogos de Cataluña se ha apresurado a explicar a Efe que los datos no reflejan que los alumnos andaluces sean más capacitados que el resto de españoles sino que «son la evidencia de que en algunas comunidades los programas para detectar a los alumnos con altas capacidades funcionan, y en otras no». ¡Faltaría más!
Y es que llueve sobre mojado. Además del sector independentista catalán, los populares se han descolgado con declaraciones de este tipo en más de una ocasión.
No hace mucho, Cristina Cifuentes (PP) afirmaba que la Comunidad de Madrid financiaba la Sanidad y la Educación en Andalucía, Ana Mato (PP) “sabía que los niños andaluces son prácticamente analfabetos”, Arthur Mas (CiU) se quejaba de que “los de Sevilla o Málaga hablan castellano, pero no se les entiende”.
En este contexto, de subestimar lo andaluz, no resulta extraño que García Tejerina com- pare a los alumnos de Castilla y León con los andaluces y no con los canarios, extremeños, murcianos o ceutíes y melillenses, que en función del área de la educación analizada, salen peor parados.
Es encomiable la postura de Pilar Triguero (FDAPA Málaga), una de las personas que han intervenido en esta polémica, aportando información y datos absolutamente imprescindibles para hacer una valoración fiable de un sistema educativo (entrevista de Ignacio A, Castillo en la Opinión de Málaga https://goo.gl/JLTXry ) Así es como se desmonta una afirmación.
Tejerina, seguramente, leyó algún titular sobre el informe PISA y, sin pensárselo dos veces, se tiró a la piscina para hacer una gracieta.
El Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA en sus siglas en inglés) es un examen que trata de medir no lo que los alumnos saben de distintas asignaturas sino cómo usan los conocimientos que tienen en contextos desconocidos, tanto dentro como fuera de la escuela. Se celebra cada tres años desde 2000. Es un indicador más y, desde luego, no puede tomarse como única referencia para establecer un ranking de calidad educativa.
Con datos del informe Pisa de 2017 y según la media de la OCDE (500 puntos), Andalucía obtuvo 483 frente a los 517 de Castilla y León, es decir, que existe entre ambas regiones una diferencia de 34 puntos. Una diferencia de 30 puntos equivale a un curso escolar, según la OCDE.
El informe evalúa las competencias de los estudiantes de 15 años en tres áreas: ciencias, matemáticas y competencia lectora.
En ciencias, Andalucía saca 473 puntos y Castilla y León, 519. La diferencia es de 45 pun- tos. En esta área, la región que vio nacer a la ex ministra superó a todas las comunidades autónomas, por ende la media española y, también, la media de la OCDE. Andalucía obtuvo la peor nota de entre todas las regiones españolas.

¿Quiere decir entonces que Tejerina tiene razón? Rotundamente no. Para empezar, porque el Informe PISA lo realizan niños de 15 años y no de 10 ni de 8, como los ejemplos que ha puesto la ex-ministra.
Pero sobre todo porque, aunque las diferencias entre Andalucía y Castilla y León son evidentes a nivel estadístico, Tejerina olvida situarlos en su contexto socioeconómico, algo que el propio Informe PISA sí hace cuando se refiere al llamado índice de estatus socio-económico y cultural (ISEC) que refleja la ocupación profesional y el nivel educativo de los padres, así como los recursos disponibles en el hogar, por ejemplo, el número de libros, que sigue siendo un indicador fiable para este propósito, o qué dispositivos digitales existen en casa, (ordenadores, portátiles o tabletas, …)
También pasa por alto que el índice de alfabetización de los padres, abuelos y bisabuelos de los niños evaluados forma parte del factor de corrección anteriormente mencionado.
Son demasiados los datos que influyen en los resultados que cada comunidad autónoma obtiene en el informe PISA, como ocurre con cada país. Otro dato es el gasto público que se destina por alumno. Lo que gasta País Vasco (8.976 euros) duplica la partida andaluza (4.510), según la última edición del Sistema Estatal de Indicadores de la Educación que elabora el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, correspondiente a 2014.
Sin embargo, los datos que arroja este informe no siempre se pueden trasladar al plano de la educación. En una reciente entrevista en El Confidencial, el director del informe Pisa, Andreas Schleicher, le restó importancia a las diferencias entre comunidades autónomas que existen en España: «El foco político y periodístico se encuentra en las instituciones políticas, como la escuela o la región, pero incluso el mejor colegio o la mejor comunidad pueden mejorar para que llegue a todos los alumnos. Todos los estudiantes pueden aprender, pero ¿cómo descubrimos los talentos extraordinarios de los alumnos ordinarios? Ese es el reto».
Son las comunidades autónomas las que tienen competencias en materia educativa y cuantificarlas resulta complicado. De esta manera lo entienden Gabriela Sicilia y Rosa Simancas, autoras del informe ‘Comparación regional a partir de PISA 2015′ de la Fundación Ramón Areces y Europea Sociedad y Educación.
En este documento se advierte de que «la falta de información de pruebas estandarizadas a nivel nacional» vuelve complicado «realizar una comparación rigurosa entre ellas».
Los expertos subrayan que las mayores desigualdades no se dan entre países, sino entre regiones y, más aún, entre el nivel cultural de los padres.
Por otra parte, Extremadura, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia están por debajo del 75% de la renta per cápita media en la Unión Eu- ropea y ello pasa factura a su radiografía en PISA.
La puntuación de los escolares andaluces en la prueba PIRLS, sin embargo, experimenta un gran crecimiento y supera, una edición más (2016), la media internacional.
Los escolares andaluces, con 525, se equiparan con el alumnado del resto del país, que alcanza una puntuación de 528, superando a los de Cataluña o el País Vasco, así como con el de otros países como Portugal, Israel y Bélgica; y se sitúa por encima de Francia, Noruega y Nueva Ze- landa.
Sociedad Pedagógica Tartessos
